11 de junio de 2007

Para siempre

El hombre fue desgranando lentamente el calvario que había padecido.
En su propia casa
en ese lugar donde parece que estamos a salvo del mundo, pero que a veces es al contrario: que en el mundo estamos más protegidos que en casa.
Porque la violencia no es exclusiva de ningún género, ni edad, ni condición.

Nos habíamos sentado en una terraza. La feria estaba llena de gente. Un mimo blanco se plantó en una esquina de la tarde fresca y se quedó quieto.
Quieto
Como una estatua
Como un árbol en un día sin viento.

Se fue apagando el día. Se fue la gente, se diluyeron las voces, y el lugar se llenó de espacio. De oscuridad. De silencio.
Y según se fue haciendo de noche, dejamos de hablar de nada para hablar de ésto; y empezó su relato, de corrido, como si todo éso le quemara todavía el alma.
Sin rencor. Sin resentimiento.
Casi disculpándola. Como si todavía la siguiera queriendo.
Y contó cómo fue arrinconando su vida:
de-casa-al-trabajo, del-trabajo-a-casa....
Las amenazas. Los insultos. Los destrozos. Los celos.
Los veintitrés quilos que perdió. El estado de ansiedad permanente porque nunca sabía cuándo iba a empezar la batalla. Y la batalla empezaba.
Y nos habló del miedo, del miedo que surge en la parte más recóndita del cerebro, y toma posesión de todo tu ser, del miedo que te agarrota, que te retuerce, que te devora por dentro.

Y esa pregunta indecente de los Otros, cuando se enteran: "por qué aguantaste tanto tiempo".
Que no encierra compresión, ni respaldo, ni compasión. Que no es un abrazo cálido. Que tiene un dedo señalandote: eres culpable. Juicio y condena.
Aguantas porque un día sigue a otro día, y después de ése viene otro....
Todavía cuando oye su voz se le dispara el corazón, y tiene pesadillas tres días seguidos

El hombre desgranó con tranquilidad el calvario que había padecido, (que todavía padece porque hay hijos por medio).
Porque si no lo cuentas, eso queda ahí dentro. Para todos los días.
Para siempre




7 de junio de 2007

Siempre hay algo en el día que lo hace atractivo...

Una broma escondida
Una frase. Un juego de palabras

Algo que se resuelve después de haber dado muchas vueltas
Algo que entiendes de pronto. Como los niños, cuando aprenden a hilar letras, y descubren emocionados que ya saben leer

La quietud de la mañana
El ritmo del aire
El brillo del paisaje recién barrido por el viento

Alguien que tiene ganas de verte
"y te vengo a buscar
por el gusto de verte o hablar"

.....un dolor antiguo que deja de doler

Y, cuando se acaba, siempre queda algo
Del día