29 de agosto de 2008

Son los últimos dias de Agosto.. Puede hacer frío o calor; quizás sople un vientecillo que barre hojas secas (secas de axfisia, y no de frío...) pero la sensación es la misma; algo está acabando y en breve nos caerá encima un nuevo ciclo de lo que sea. El año pega en agosto un giro de 90 grados y las cosas se encaminan en otro sentido, arrastrándonos. En breve también nos acribillarán con la vuelta al cole (todos volvemos al cole) el síndrome pos-vacacional (nos hayamos ido o no) y los coleccionables, y con ésto se llenarán las los periódicos, las tertulias y los telediarios.

Y la Crisis.

La Crisis, que ya tiene personalidad propia. Ahí está, envolviéndonos como una niebla invisible. Omnipresente. La Crisis adornando cualquier estadística (los españoles seguimos viajando a pesar de la Crisis). La Crisis como excusa (no puedo pagarte por la crisis) La Crisis, todos los días (todos) nombrada en los medios de comunicación. La Crisis, que permitirá hacer su agosto particular a unos cuantos. La Crisis haciendo temblar la voz, abriéndole la puerta al miedo (tal comoestán las cosas...). La Crisis, dejando que el dinero que podría circular se quede en casa por si acaso.

No me hablen más de la crisis. Aunque sea cierta

12 de agosto de 2008

"No brillas porque hay demasiada luz"

Estuvimos en un pueblo de la sierra de madrid (Puebla de la Sierra) para ver las Perseidas, ese caos de estrellas fugaces que se presenta puntualmente cada año por estas fechas.
Allí nos hablaban del cielo y sus misterios, del universo y su contenido, de su arquitectura, del pozo insondable de tiempo en forma de años-luz. Allí nos enteramos de la similitud entre la astronomía y la antropología en cuanto que la materia prima de ambas es la disección meticulosa del pasado, un tiempo del que no tenemos ninguna evidencia pero que imaginamos como si fuera cierto.
El astrónomo le había dejado a una amiga mía un guión de cine del que era autor para que lo leyera, y lo estaban comentando. Y la historia era más o menos ésta: un director de orquesta se enrolla con una alumna brillante. y al cabo del tiempo a ella le dicen: no brillas porque hay demasiada luz a tu alrededor. Como ocurre en las grandes ciudades, con el exceso de luminarias. Como ocurre con las noches de luna llena, con los focos, los haces de luz..., que dejan en claroscuro lo que hay hay a su alrededor. Mientras les escuchaba me di cuenta de que, sin él saberlo, estaba a la vez contando una historia y describiendo con exactitud certera la situación personal de su interlocutora: no brillas porque hay demasiada luz a tu lado.