21 de noviembre de 2008


Más de lo que imaginas
Menos de lo que es

20 de noviembre de 2008

Ese momento


Ese momento en el que queremos decir algo que hemos elaborado meticulosamente, corregido,aprendido de memoria. Esas palabras que quieres arrancarte, sabiendo que están armadas, que llevan una carga explosiva. Ese momento, en una pausa de una conversación intranscendente en el que tomas carrerilla para lanzarlas al aire. Ese momento, en el que tienes el silencio , el impulso, el ruidoso latido del corazón controlado, y estás a punto de abrir la puerta por donde saldrá lo que vas a decir, que está ahí agolpado, agazapado, ansioso, tenso.

Ese preciso instante, cuando estás inspirando el aire que saldrá convertido en palabras, en el que el Otro abre la boca y dice:

(...)

27 de octubre de 2008



Sólo tu sombra sabe tu nombre

La otra hora


No es le cambio de hora en sí mismo lo que me molesta. No me importa que me caiga la noche encima una hora antes. Es esa penosa tarea de localizar todos los relojes que tienes, de qué artilugio forman parte (o dónde están incrustados) y rescatar del olvido las sencillas operaciones para indicarle al aparato en cuestión que tiene que repetir una hora que ya marcó, con todos sus ingredientes. Aquí en el taller tengo un reloj analógico, pero hay que trepar ahí arriba para alcanzarlo, cambiarlo y volverlo a colocar. En el coche tengo que sacar el libro de instrucciones porque nunca me acuerdo de una vez para otra (¿era con el contacto encendido o arrancando el motor? ¿cuántos segundos parpadea?) Luego están el móvil (en el menú ajustes, preferencias, configurración?) el ordenador y algún que otro cachivache tipo portalápices (con reloj, termómetro y fecha), el teléfono fijo, el despertador....y siempre hay uno que queda olvidado, con la otra hora, hasta que después de unos meses alcanza otra vez la suya y ya no hace falta cambiarlo.

Mientras tanto, cada vez que mire el reloj veré el tiempo desdoblado entre la hora de antes y la de ahora.

La foto es del centro comercial "Megapark" de San Sebastián de l,os reyes (Madrid)

29 de agosto de 2008

Son los últimos dias de Agosto.. Puede hacer frío o calor; quizás sople un vientecillo que barre hojas secas (secas de axfisia, y no de frío...) pero la sensación es la misma; algo está acabando y en breve nos caerá encima un nuevo ciclo de lo que sea. El año pega en agosto un giro de 90 grados y las cosas se encaminan en otro sentido, arrastrándonos. En breve también nos acribillarán con la vuelta al cole (todos volvemos al cole) el síndrome pos-vacacional (nos hayamos ido o no) y los coleccionables, y con ésto se llenarán las los periódicos, las tertulias y los telediarios.

Y la Crisis.

La Crisis, que ya tiene personalidad propia. Ahí está, envolviéndonos como una niebla invisible. Omnipresente. La Crisis adornando cualquier estadística (los españoles seguimos viajando a pesar de la Crisis). La Crisis como excusa (no puedo pagarte por la crisis) La Crisis, todos los días (todos) nombrada en los medios de comunicación. La Crisis, que permitirá hacer su agosto particular a unos cuantos. La Crisis haciendo temblar la voz, abriéndole la puerta al miedo (tal comoestán las cosas...). La Crisis, dejando que el dinero que podría circular se quede en casa por si acaso.

No me hablen más de la crisis. Aunque sea cierta

12 de agosto de 2008

"No brillas porque hay demasiada luz"

Estuvimos en un pueblo de la sierra de madrid (Puebla de la Sierra) para ver las Perseidas, ese caos de estrellas fugaces que se presenta puntualmente cada año por estas fechas.
Allí nos hablaban del cielo y sus misterios, del universo y su contenido, de su arquitectura, del pozo insondable de tiempo en forma de años-luz. Allí nos enteramos de la similitud entre la astronomía y la antropología en cuanto que la materia prima de ambas es la disección meticulosa del pasado, un tiempo del que no tenemos ninguna evidencia pero que imaginamos como si fuera cierto.
El astrónomo le había dejado a una amiga mía un guión de cine del que era autor para que lo leyera, y lo estaban comentando. Y la historia era más o menos ésta: un director de orquesta se enrolla con una alumna brillante. y al cabo del tiempo a ella le dicen: no brillas porque hay demasiada luz a tu alrededor. Como ocurre en las grandes ciudades, con el exceso de luminarias. Como ocurre con las noches de luna llena, con los focos, los haces de luz..., que dejan en claroscuro lo que hay hay a su alrededor. Mientras les escuchaba me di cuenta de que, sin él saberlo, estaba a la vez contando una historia y describiendo con exactitud certera la situación personal de su interlocutora: no brillas porque hay demasiada luz a tu lado.

7 de julio de 2008

Los sordos también pueden ir a misa


Me he encontrado con esta puerta hoy en Madrid. La iglesia se llama "Santa María del silencio", y en el cartel blanco que hay a la izquiedra informa sobre los horarios, y que los servicios son para sordos y sordociegos.

4 de junio de 2008

Raíz cuadrada


¿Qué fué primero, la calle o el árbol? ¿Quién se adaptó a quién?

27 de mayo de 2008

Anécdotas de internet


He recordado una anécdota de Ana Pérez Cañamares, en Punta Umbría, en una de esas sobremesas en las que te encuentras rodeados de poetas y otras gentes de bien, a la semi-sombra. o semi-sol, esperando la hora de volver al teatro del mar o no esperando nada, una charla que va de aquí para allá, y vuelve, y se enreda, se encrespa, se apacigua, sigue...Hablábamos de blogs y usurpaciones de personalidad (le pasó a Carmen Camacho).....esas marañas de internet.....esa gente que te encuentras -o que te encuentra a tí- inesperadamente, después de muchos años y muchas pérdidas. Bueno, pues sucedió que Ana había escrito un post recordando que, hacía ya tiempo, ese mismo día había muerto un novio suyo, de la época del instituto, en un accidente. Al poco tiempo, recibió un post que decía algo así: ......recuerdo el día que bailásteis agarrado en la fiesta del instituto, el vestido que llevabas, el color de tu pelo.....Era la hermana del novio, de la que hacía años que no sabía nada. No hace falta añadir el hartón de llorar que siguió a esa lectura

Así que se ha dispersado la tribu edita, después del encuentro de Punta Umbría. Ocurre que, de la misma manera que en la diana más bella el cerebro reconstruye un texto a partir de sílabas descolocadas, a partir del personal disperso se puede construir una figura que no tiene forma, a la que todos pertenecemos.

23 de abril de 2008

Lluvia y pocas sonrisas


Han salido todos los paraguas de paseo. Mal día para los albarenes de entregas urgentes, que han llegado emborronados y flácidos a su destino. "Mal día" repitiéndose en tantas bocas, multíplicándose como una consigna, expandiéndose como una onda. Mal día de oscuridad y charcos.

En el metro, paraguas y periódicos. Un 80% del personal lleva paraguas. Un 57% de los que llevan paraguas leen los periódicos que han dejado abandonados en los asientos. Y éstos van pasando de mano en mano. ¿Y dicen las estadísticas que no leemos? Leemos hasta la letra pequeña de los anuncios más insignificantes, con tal de distraer el aburrimiento. Y pocas sonrisas. El único chico que sonreía en el vagón se ha quedado serio al irse la chavalita con la que intimaba. El resto de la gente anda pensativa. En-si-mis-mada. Mirando desde el vacío. Estrellando la mirada contra cualquier cosa. Ciega de no ver

Lluvia. Y pocas sonrisas