12 de agosto de 2008

"No brillas porque hay demasiada luz"

Estuvimos en un pueblo de la sierra de madrid (Puebla de la Sierra) para ver las Perseidas, ese caos de estrellas fugaces que se presenta puntualmente cada año por estas fechas.
Allí nos hablaban del cielo y sus misterios, del universo y su contenido, de su arquitectura, del pozo insondable de tiempo en forma de años-luz. Allí nos enteramos de la similitud entre la astronomía y la antropología en cuanto que la materia prima de ambas es la disección meticulosa del pasado, un tiempo del que no tenemos ninguna evidencia pero que imaginamos como si fuera cierto.
El astrónomo le había dejado a una amiga mía un guión de cine del que era autor para que lo leyera, y lo estaban comentando. Y la historia era más o menos ésta: un director de orquesta se enrolla con una alumna brillante. y al cabo del tiempo a ella le dicen: no brillas porque hay demasiada luz a tu alrededor. Como ocurre en las grandes ciudades, con el exceso de luminarias. Como ocurre con las noches de luna llena, con los focos, los haces de luz..., que dejan en claroscuro lo que hay hay a su alrededor. Mientras les escuchaba me di cuenta de que, sin él saberlo, estaba a la vez contando una historia y describiendo con exactitud certera la situación personal de su interlocutora: no brillas porque hay demasiada luz a tu lado.

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